Capacitación de la mujer mediante la educación

Según el Fondo Malala, en el mundo hay más de 130 millones de niñas sin escolarizar.

Sin educación, estas niñas a menudo se casarán y tendrán hijos a una edad temprana, trabajarán en puestos no remunerados o mal pagados y dependerán de sus maridos o familias para su sustento económico. Sin educación, su futuro y el de sus familias es limitado.

La educación es la clave del empoderamiento de la mujer. Gracias a ella, las mujeres tienen mejor acceso y oportunidades en el mercado laboral, lo que se traduce en mayores ingresos y menos aislamiento en el hogar o exclusión de las decisiones financieras. Con una educación, las mujeres pueden vivir sus sueños persiguiendo sus propios objetivos y valores.

Los estudios han revelado que si todas las niñas completaran 12 años de educación, el matrimonio infantil disminuiría en un 64% y las complicaciones sanitarias derivadas de los embarazos precoces, como los partos prematuros y la mortalidad infantil, se reducirían en un 59% y un 49%, respectivamente. Educar a las mujeres y las niñas también impulsa la economía de los países, reduce el riesgo de guerras y extremismo y ha sido calificado por la Brookings Institution como la mejor inversión contra el cambio climático.

Sin embargo, sigue habiendo muchas barreras que impiden a las niñas y mujeres proseguir y completar su educación, limitando la capacitación de las mujeres. Entre ellas pueden estar el coste de la escuela o la universidad, la dificultad para llegar a la escuela por la distancia o la falta de transporte, verse obligadas a trabajar y mantener a sus familias, verse forzadas a casarse y tener hijos, o los conflictos en su ciudad natal o país.

Según las Naciones Unidas, a medida que las niñas llegan a la escuela secundaria, sus tasas de matriculación disminuyen considerablemente. Sólo 39% de los países tienen la misma proporción de niños y niñas matriculados en la enseñanza secundaria. En los países en desarrollo, entre el 35% y el 85% de las niñas se ven obligadas a quedarse en casa sin ir a la escuela para cuidar de sus hermanos pequeños y de la casa, mientras sus hermanos pueden lograr una educación.

Para igualar las condiciones y ampliar sus oportunidades profesionales, las mujeres necesitan las mismas experiencias y aptitudes, lo que convierte a la educación postsecundaria en una parte fundamental de la capacitación de la mujer.

Acceso de las mujeres a la enseñanza superior

Una educación superior, universitaria o de posgrado, proporciona a las mujeres los conocimientos y la experiencia necesarios para participar en el gobierno, la empresa y la sociedad civil. Además, con más educación, las mujeres y las niñas tienen mejor acceso a la información sanitaria y a otros servicios beneficiosos.

Sin embargo, en países como Japón, Corea y Bolivia, el número de mujeres que cursan estudios superiores sigue disminuyendo. Sobre todo en Japón y Bolivia, las mujeres representan menos de la mitad de la población matriculada. En los últimos 20 años, la proporción de adultos analfabetos en el mundo ha seguido siendo de dos tercios de mujeres.

Incluso cuando las mujeres tienen acceso a la educación, otros factores pueden dificultar que aprovechen plenamente esas oportunidades. Las mujeres y las niñas siguen soportando la carga cultural de ser las principales amas de casa y cuidadoras. Este "segundo turno " no remunerado significa que tienen menos tiempo y energía para dedicar a sus estudios. Cuando las mujeres son las únicas proveedoras de sus familias, como suele ser el caso de las supervivientes de la violencia doméstica, la combinación de responsabilidades domésticas, económicas, profesionales y educativas es aún más difícil de gestionar. El astronómico coste de las matrículas en Estados Unidos es también un obstáculo para muchas mujeres que desean ampliar sus estudios.

El impacto de la Premios Vive Tu Sueño

Por eso, cada año, el Vive tu sueño: Premios de Educación y Formación para Mujeres conceden más de 2,8 millones de dólares en becas de educación a casi 1.800 mujeres para ayudarlas a alcanzar sus objetivos educativos. Desde 1972, el programa ha ayudado a decenas de miles de mujeres a alcanzar logros sociales y empoderamiento económico.

Los candidatos elegibles pueden presentar su solicitud entre el 1 de agosto y el 15 de noviembre. 

Además, los clubes pueden seguir estos consejos para atraer a solicitantes este año.


Sobre la autora: Ashleen Knutsen es redactora y editora científica en Los Ángeles. Tras una década de experiencia en ingeniería e investigación, decidió dedicarse a la comunicación científica no solo para despertar el interés de las mujeres y las niñas por STEM, sino también para hacerles saber que ellas también pueden cambiar el mundo.

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